La exposición repetida a actividades libres o tareas de la vida diaria ofrece a los más pequeños aprendizajes que les aportan experiencias significativas, además de favorecer su desarrollo psicomotor, intelectual y social. Para ello, el ambiente tiene que ser motivador y seguro.
Los niños/as con Autismo necesitan exactamente lo mismo que el resto de niños/as. Esto es algo obvio pero que en ocasiones se olvida, es por ello que las rutinas y tareas en el hogar deben ser las mismas que para el resto de niños/as. Todos los niños/as desayunan, comen o cenan, todos los niños/as se duchan, juegan y van de paseo… Todos los niños/as necesitan orden y estructura en su vida práctica, pero para los niños/as con Autismo esto puede suponer el paso entre comprender lo que se espera de él y por tanto poder participar o vivir en un ambiente hostil y amenazante.
Según la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y la Salud), el funcionamiento y la discapacidad de una persona se conciben como una interacción dinámica entre los estados de salud (enfermedades, trastornos, lesiones, traumas, etc.) y los factores contextuales (constituyen el ambiente físico, social y actitudinal en el que las personas viven y conducen sus vidas). Esto quiere decir, que el contexto en el que se desarrolla la persona puede tener un impacto positivo o negativo en su funcionamiento, en su desempeño, implicación y participación en las actividades.
Asimismo, en este manual se diferencia la actividad de una persona, entendida como la realización de una tarea o acción, y la participación, entendida como el acto de involucrarse en una situación e incorporando la idea de estar implicado («engagement«) como formar parte, ser incluido, ser aceptado y tener acceso a los recursos necesarios.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, la participación activa en las rutinas diaria va a depender de tres factores principales para que verdaderamente exista aprendizaje y una verdadera autonomía.
1. Preparación del ambiente: participación en las rutinas diarias
La preparación del ambiente implica estructurar el lugar donde se va a realizar la rutina teniendo en cuenta aspectos motores y de coordinación, sensoriales y comunicativos.
Se trata de adaptar el ambiente para que la persona pueda desempeñar la tarea por sí misma haciendo uso de los apoyos necesarios y eliminando así las barreras que puedan impedir esta actividad. Para las personas con Autismo, hacer el ambiente predecible mediante guiones, canciones o cualquier otro apoyo permitirá que el niño/a se encuentre más seguro y entienda lo que se espera de él/ella.
Mireia y Txacolí: aprendiendo a cuidar de otros
Txacolí es el perro acompañante de Mireia. Después de un tiempo viviendo juntos, Mireia está aprendiendo a ocuparse de algunas de las tareas que hay que hacer con Txacolí. Ha aprendido a darle de comer, pasearle, darle órdenes para que haga algunas acciones…
Este proceso de aprendizaje se ha llevado a cabo con los siguientes apoyos:
- Mamá guiando y modelando.
- Estructuración del ambiente siguiendo algunos de los principios de la metodología TEACCH.
- Instrucciones visuales.
2. Sentido de la actividad: la importancia de comprender el porqué.
Nos lavamos los dientes porque en ellos tenemos bacterias, nos pueden salir caries y podemos tener mal aliento. Nos vestimos para ir a un determinado lugar y además la ropa que cojamos dependerá del lugar al que vayamos. También tendremos en cuenta la actividad que vayamos a realizar y la temperatura que haga.
Es importante que proporcionemos la información ajustada del sentido y propósito de las actividades. Tenemos que explicar el contexto que rodea una actividad haciendo especial hincapié en comprender el porqué se realiza.
Desarrollar una actividad con autonomía no quiere decir hacer las cosas solo o de forma condicionada por el hecho de seguir los pasos de una agenda o secuencia de tareas, implica preparar, iniciar, y organizar el tiempo y el espacio requeridos para una tarea, dirigiéndola y ejecutándola.
DESCARGA: Explicación Lavar los dientes
Si no hay QUERER no hay AUTONOMÍA. Myrtha Chockler
El propósito de la tarea o actividad y la motivación que me lleva a ello será por tanto, fundamental. Sin libertad y motivación no podemos hablar de verdadero aprendizaje. Para que exista aprendizaje y no adiestramiento, el niño/a debe estar motivado y ser partícipe en este proceso. Este principio es universal. Es decir, para todos los niños y niñas, sean cuales sean sus características.
3. Atender a nuestro rol como modelos de aprendizaje
Como comentábamos en los factores ambientales, nuestro rol como adultos acompañando a los niños/as puede convertirse en una barrera o en un facilitador del aprendizaje. Asimismo, la forma en la que acompañamos el aprendizaje de una tarea y la constancia marcará la diferencia entre convertir la rutina en hábito o que se quede en un aprendizaje puntual o entrenamiento.
Todos los padres quieren que sus hijos de adultos sean asertivos, independientes, con voluntad y con opinión crítica, sin embargo, mientras crecen esperan que se comporten de forma pasiva, obediente y flexible.
Por todo lo anterior, estas ideas son fundamentales para conseguir un proceso eficaz:
- Ser constantes.
- Ser facilitadores: proporcionar todos los apoyos e ir retirando si fuera necesario.
- Mantenernos firmes, serenos.
- Ser modelo y ejemplo para ellos.
- Relacionarnos con amabilidad y cariño.
Por último, debemos mantener las pautas para todos los miembros de la familia. Es necesario que los adultos que acompañamos a niños/as asumamos la difícil tarea de llegar a pactos comunes respecto a las normas y hábitos de vida diaria, además de practicar el acto consciente de educar, siempre desde el respeto y el reconocimiento.
Un post muy bonito y necesario. Aportar visibilidad a este tipo de necesidades especiales de algunos pequeños es importante para prever y asesorar a los padres de lo que tiene o no tiene que hacer. Jugar con ellos, agotar toda su energía y pasar tiempo de calidad son muy beneficiosos para ambos.
Gracias por compartir este gran artículo!